La experiencia del torno es algo increíble: poder transformar de un poco de barro nuestra propia vajilla es una de las experiencia más hermosas por las que he pasado.
Conectarse con la arcilla como una forma de expresión artística, es una invitación a jugar, a probar a experimentar, a reírse y a dejar que nuestra mente y nuestro cuerpo hablen de otra manera.
Es un arte que tiene más de 5000 años y está intacto como en aquellos tiempos.
Desde el primer día comenzarás a construir tu propia vajilla, diseñada, y decorada por tus propias manos, y podrás llevarte alrededor de 12 piezas mensualmente, que podrás utilizar para cocinar y servir tus platos preferidos.
Una vez por semana dos horas y media
Las clases se dictan en grupo reducidos e incluyen todos los materiales y las horneadas, para que no tengas que ocuparte de nada.